La Opera de París

Andrew Lloyd Webber

Cualquiera que conozca bien un teatro de la ópera grande estará de acuerdo en que es un extraordinario laberinto de gente y pasadizos, pero el Teatro de la Ópera de París, que data del último cuarto del siglo XIX y donde Gaston Leroux escenifica El Fantasma de la Ópera, era notable desde cualquier punto de vista. El enorme edificio se construyó según los planos de Charles Garnier de 1861 a 1875. Era un semillero de actividad política y faccionaria. Desde la prima donna hasta el tramoyista, en el Teatro de la Ópera imperaban la intriga y los rumores; todos peleaban por hacerse de un lugar, defendían su propio territorio y trataban de ocupar uno nuevo. En la época en la que se ambienta la novela, el Teatro de la Ópera contaba con más de mil quinientos empleados y poseía sus propios establos de caballos blancos para la compañía de la ópera. Aun hoy, da empleo a más de mil personas y el edificio aloja a dos escuelas permanentes de ballet.

En buena medida, el Teatro de la Ópera de París se conserva en la forma descrita en la novela.