Biografia de Gaston Leroux.
El Libro.


El hombre que creó el mito del Fantasma de la Opera: Gaston Leroux

Gaston Leroux fue un versátil escritor francés apasionado por el teatro, preocupado por la muerte y su frontera con la vida, así como la reencarnación alternativa. Sus primeros años los vivió en Normandía, donde estudió, comenzó a escribir y a ganar premios por sus habilidades literarias. En 1889 su padre murió y le dejó un millón de francos como herencia; era una gran cantidad para un joven de veintiún años que en muy poco tiempo despilfarró totalmente.

Inevitablemente tuvo que afrontar la dura realidad y buscar un trabajo, sin embargo valoró en gran medida su experiencia con los abusos mundanos. Renunció a sus proyectos de ser abogado y comenzó a colaborar con L’Eco de París, el periódico que había publicado algunos de sus poemas y relatos. En muy poco tiempo descubrió el universo escénico a través de la crítica teatral. Más tarde comenzó a redactar artículos de investigación policiaca. Sus entrevistas con celebridades así como con criminales lo volvieron célebre.

Muy pronto fue aclamado por sus acertados puntos de vista y peculiar estilo de narrar acontecimientos. A pesar de sus éxitos, el contacto con el bajo mundo y el sistema judicial, al igual que ser testigo de numerosas ejecuciones en la guillotina, dejaron una gran huella en su espíritu y fue de los primeros hombres en oponerse a la pena capital. Ese aspecto para su época era toda una osadía.

Al poco tiempo el diario Le Matin lo nombró corresponsal en la época en que los nuevos medios de comunicación revolucionaron el periodismo. Gastón Leroux viajó por varios lugares de Europa, incluidas Rusia, Africa y Asia. Sus aventuras invariablemente eran narradas en un tono colorido, dramático y sumamente entretenido. Gracias a ello su nombre adquirió gran celebridad.

De esta forma fue testigo de innumerables actos históricos a comienzos de siglo, pero el cansancio y el peligro lo llevaron a convertirse en novelista de tiempo completo. Para entonces ya se había casado y divorciado de Marie Lefrane, además de haberse involucrado en una nueva relación con Jeanne Gayatte, una joven asistente suya con la que finalmente se casó en 1917.

Los primeros libros de Leroux aparecieron en 1903 y fue hasta 1907 que surgió The mystery of the yellow room que obtuvo reconocimiento. Gaston Leroux siempre fue un gran admirador de Edgar Alan Poe y Sir Arthur Conan Doyle, además de tener influencias de Stendhal, Alejandro Dumas y Víctor Hugo. Por lo que la aventura, romance, misterio, terror y el tema policiaco siempre estuvieron presentes en su obra. Estos aspectos son los mismos que Andrew Lloyd Webber maneja con gran acierto en su grandioso musical.

Con la aparición del cinematógrafo, algunas de sus historias fueron llevadas a la pantalla. En 1911 apareció el primer fascículo de El Fantasma de la Opera. Gastón declaró que la historia había sido inspirada por una visita a los subterráneos de la Opera de París. En esos laberínticos sótanos y en el misterioso lago había aún restos visibles del periodo de la guerra franco-prusa, cuando el edificio fue ocupado como prisión.

Leroux inició su novela con la afirmación de que el Fantasma realmente existió y revelaba cómo había encontrado evidencia en los archivos nacionales de música. Sus dones investigadores, literarios y descriptivos habían alcanzado la madurez. Su relato se ubica en 1880 y mezcla genialmente entrevistas a artistas de la época con hechos narrados en forma periodística.

El primer paso de esta enigmática historia ya se había dado. Un grupo de ansiosos lectores esperaba cada fascículo, el cual era acompañado con imágenes del protagonista en diversas acciones. El siguiente escalón se dio en 1925 cuando la Universal en Hollywood lo llevó a la pantalla grande y la historia y el filme hicieron un extraordinario impacto en las masas.

Sin embargo Leroux no vivió suficiente para disfrutar de este éxito. En 1927, a los cincuenta y nueve años de edad murió víctima de uraemia. En 1980 su hija Madeleine declaró en una entrevista el gran humor y amabilidad de su padre, así como las largas horas que dedicaba a escribir sentado en su escritorio. "Es increíble el grado de turbulencia en su obra, mientras que en público nunca tuvo una actitud hostil."

En la década de los ochenta Andrew Lloyd Webber musicalizó y adaptó esta novela, con lo que la leyenda creció. Además de que un moderno musical con sabor tradicional y moderno se abrió paso en la legendaria historia del West End de Londres y Broadway en Nueva York.


El hombre que creó el Fantasma

Peter Haining

Septiembre de 1986

Gaston Leroux, el versátil autor francés que creó El Fantasma de la Ópera, era un hombre que sentía una pasión inmarcesible por el teatro y parece justo que después de años de luchar, de escribir reseñas para diarios y de varias obras fallidas, dejara su huella en la literatura con una novela sobre un episodio extraordinario de la historia del teatro de ópera más importante de Francia.

Gaston Leroux, quien nació en París en 1868, es tan interesante como su historia.

Su trabajo como reportero de investigación le permitió investigar presuntos procedimientos ilegales en la policía y la administración pública locales y sus implacables reportajes no sólo expusieron a varios funcionarios corruptos, sino también su nombre como periodista.

En 1911, publicó El Fantasma de la Ópera, en cuya introducción explica a los lectores la manera en que realizó sus indagaciones sobre los extraños acontecimientos que ocurrieron en el famoso Teatro de la Ópera en el decenio de 1880. La lectura que de esta novela por entregas hizo un investigador de Universal Pictures dio inicio a la cadena de acontecimientos que llevaron a El Fantasma de la Ópera a la pantalla por primera vez en 1925.

La novela confirma que hay más que decir de lo que se ha dicho en las películas, pues tiene profundos fundamentos psicológicos y es bastante más detallada. Nuestra labor consistía en encontrar una metáfora visual para los fundamentos psicológicos de la obra. Por último, hubo beneficios adicionales en esta aventura. El más notable fue un viaje a París en el que visité el famoso lago en las profundidades del Teatro de la Ópera (cinco pisos debajo del escenario) y subí al pináculo en el techo (cinco pisos arriba), donde transcurre la escena final del Primer Acto. No hay un camino para llegar ahí, ni pasamanos para sujetarse, simplemente tienes que seguir a gatas a un ingeniero de ágiles pasos de la Ópera de París. El viento está soplando, no miras hacia abajo y cuando llegas a la cima, a horcajadas, puedes ver frente a frente a la gente que se encuentra en lo alto de la Torre Eiffel.

"El fantasma de la Ópera existió de verdad. No era, como se creyó por largo tiempo, una criatura producto de la imaginación de los artistas, la superstición de los empresarios o la mente absurda e impresionable de las jóvenes integrantes del ballet, sus madres, las acomodadoras, los empleados del guardarropa o el portero. No, era de carne y hueso, aunque tenía todos las características externas de un verdadero fantasma, es decir, de un espectro". Gaston Leroux