Vestuario.
El Fantasma al fin del milenio.


El Fantasma de la Opera

Vestuario

Verdadero Desfile de Modas del siglo XIX

230 trajes en Escena

El Fantasma de la Opera es uno de los musicales más exitosos de todos los tiempos. Esta romántica historia ha captado la imaginación de lectores y espectadores durante más de cien años. La versión de Andrew Lloyd Webber, basada en la novela de Gastón Leroux y realizada en la década de los ochenta, contó con la participación de numerosos expertos del arte escénico como el director Harold Prince, la diseñadora de producción María Björson; el iluminador Andrew Bridge y el sonidista Martín Leman.

Dentro de este talentoso grupo de creativos destaca de manera especial la labor de María Björson. Ella es la diseñadora de la escenografía y el vestuario y éste fue su primer trabajo para un musical. Anteriormente María colaboró en un gran número de producciones de la Royal Shakespeare Company y la English National Opera.

Después de una ardua labor de investigación y creatividad, María logró el diseño de 230 trajes que reproducen al detalle todo el esplendor y romanticismo parisino de finales del siglo XIX. Para la realización de todas las prendas se contrataron 75 firmas inglesas. Cabe señalar que esta misma cantidad de trajes es la que se verá en el escenario del teatro Alameda en diciembre próximo.

El vestuario que presenciaremos procede en su gran mayoría de Canadá e Inglaterra y también hay una cantidad importante de bordados de la India y México. Actualmente un grupo de costureras mexicanas trabaja en las diversas adaptaciones y arreglos para la puesta en escena de nuestra ciudad. Es justo mencionar que el espectáculo además de ser un deleite para los oídos y el corazón, también lo es para la vista. Se trata de un verdadero desfile de modas del siglo pasado con todo el esplendor de la Bella Epoca.

Toda la ropa está elaborada en telas naturales como el lino, seda, terciopelo y muaré; además cuenta con un número considerable de brocados muy elaborados. En el vestuario femenino se encuentran prendas variadísimas, hechuras tan quiméricas como fantásticas. Hay vestidos que realzan el garbo del cuerpo y lo cubren decorosa y elegantemente.

Destacan un gran despliegue de polizones y corsetes envarillados, así como una glamorosa exhibición de tocados y sombreros con velos y exóticas plumas. Las faldas sobresalen por sus ornamentos y volantes, posen grandes vuelos con flecos dobles; están rematadas en un gran número de encajes y tienen numerosos pliegues de delicadas caídas.

El guardarropa masculino es igual de suntuoso y elegante. Sobresale la formalidad de casi todos los hombres, incluso el Fantasma, quien casi siempre aparece con su sombrío traje, hecho con brocados de auténtica seda inglesa. También tiene otra escena donde visten una bata china con bordados antiguos de principios de siglo.

En la memorable escena de la máscara está ataviado con un sorprendente disfraz de La muerte Roja. Este es uno de los trajes más impresionantes y detallados, pesa 12 kilos y tiene bordados sobre bordados. Los trajes de los hombres están dorados de elegancia, sencillez y gracia. Sobresalen los pantalones de buen corte, tirados y ajustados con nobles y discretos pliegues. Los abrigos son largos con incrustaciones de pieles naturales, casi todos usan chistera y guantes.

En los frack domina el color negro, las casacas forman una cubierta natural de la caja toráxica del cuerpo y terminan hasta la media pierna con dos coletas anchas y prolongadas. El chaleco es una pieza fundamental pues da realce en la parte frontal con sus aditamentos, realizados con brocados de seda inglesa.vestuario2.jpg (20874 bytes)

Por otro lado, la trama de Andrew Lloyd Webber revive todo el esplendor de la Opera de París, con momentos de gloria donde se aprecia el montaje de óperas como Mannibal y Don Juan Triumphant, así como una ostentosa representación de un baile de disfraces del siglo XIX.

De este modo se ven en escena con gran majestuosidad los trajes de la reina de Cártago, sus guerreros y esclavos. Para las máscaras hay disfraces hechos con paneles de satín de la India bordados con plata. De igual modo destaca uno de simio elaborado con tiras de lama y otra mitad hombres y mitad mujeres. Cada disfraz tiene entre 12 y 15 mts. de tela y 60 mts. de braid; todos están minuciosamente detallados y meticulosamente realizados.

También hay bailarinas clásicas con su tutú tipo Degás y encima otro tutú sobrepuesto de sylvan glold con olanes ribeteados. Cabe señalar que las bailarinas gastarán un par de zapatillas por semana y casi todo el elenco tiene siete cambios de ropa por fusión. En total son 230 trajes y serán 16 personas las encargadas del área de Vestuario en el Teatro Alameda. Están comandados por Genoveva Petitpierre quien fue la encargada de la misma área en La Bella y la Bestia.

De igual modo Petitpierre ha sido productora ejecutiva en un sin número de montajes de la Compañía Nacional de Opera y la Compañía Nacional de Teatro. Ha sido responsable de vestuario de Antígona en Nueva York, La conspiración de la Cucaña, La desconfianza, Roberto Zucco, El Cántaro Roto, Rancho Holywood y Fantasías Subterráneas para Mujer y Violín, entre otras. También ha colaborado en óperas como Clemenza di Tito, Holandés Errante, Cosi fan Tutte, Dido y Aenas, Catuli Carmina, La mulata de Córdoba, La Vida Breve y Don Giovanni.

Así, la osadía, aventura y terror de este teatro se unen con el romanticismo de la novela de Leroux, que más tarde encontraron su perfecto epítome en las notas del musical de Andrew Lloyd Webber. Este apasionante musical se estrenará en México el 16 de diciembre en los Teatros Alameda. Será producido por The Really Useful Theatre Company Ltd; Mat Theatrical & Entertainment Ltd. y OCESA Presenta.


Números al fin del milenio

La versión de Broadway de El Fantasma de la Opera cumplió 4,620 representaciones el pasado 26 de enero de 1999. La fecha se vuelve doblemente mágica, pues tantas representaciones significan una vigencia de once años. Broadway es testigo del inagotable éxito que la obra de Andrew Lloyd Weber ha cosechado.

Tan sólo en la ciudad de Nueva York El Fantasma de la Opera ha sido disfrutado por más de siete millones y medio de personas. A lo largo de sus once años de vida, la producción de Broadway ha generado cerca de 400 millones de dólares. Cuando se realizó por primera vez, El Fantasma de la Opera costó ocho millones de dólares. Hoy, esta cifra aumentaría a once millones.

La producción neoyorquina ha visto pasar por sus filas a 148 actores. De ellos, diez han tenido el honor de representar al Fantasma. Michael Crawford, Timothy Nolen, Chris Groenendaal, Steve Barton, Kevin Gray, Mark Jacoby, Marcus Lovett, Davis Gaines, Thomas James O´Leary y Hugh Panaro conocen la magnitud del reto que implica personificar al mítico personaje.

El disco con la música original de la obra es el cuarto más exitoso en la historia de las listas de ventas de la revista Billboard. Ubicado dentro del rubro pop, el disco de El Fantasma de la Opera se mantuvo durante 331 semanas, lo que equivale a poco más de seis años. Por su parte, el disco con toda la música, contenida en dos CD´s se ubica como decimosexto de todos los tiempos al permanecer en listas durante 255 semanas.

La cantidad de elementos técnicos que entran en juego para realizar una función de la obra es impresionante. En cuanto a los efectos especiales se han usado 870 mil trescientos setenta y cinco galones de pólvora, 41 mil setecientos setenta encendedores eléctricos que sirven para encender las calaveras, 4 mil doscientas onzas de neblina líquida y mil doscientas cincuenta toneladas de hielo seco. El candelabro ha encendido 32 mil 490 focos.

La barca en que el Fantasma se lleva a Christine ha realizado nueve mil doscientos cuarenta viajes. El impresionante candelabro que cae sobre el escenario sin llegar nunca al piso pesa cuatrocientos cinco kilogramos. Se han usado casi siete mil metros de tela para los telones, ciento cincuenta puertas ocultas, diez candelabros, un elefante y 281 velas. Para el sonido se han usado 278 mil 520 pilas triple A.

A lo largo de estos once años en Broadway se han hecho 9, 240 disparos con arma de fuego, se llevan más de 1000 litros de pintura para la escenografía, dos toneladas de manzanas para la escena de Don Juan. Se han usado cuarenta y cinco pelucas hechas con cabello humano, cincuenta y cinco sintéticas y once de pelo de Yak. Han existido dos cajas musicales con un changuito. Se fabrican con fibra de vidrio y funcionan con un motor operado a control remoto.

La puesta en escena de El Fantasma de la Opera cuenta con una orquesta en vivo. El director realiza 9,608 movimientos con la batuta por show. Eso significa que durante los once años que lleva la puesta en Broadway se han dado 44 millones388 mil 960 golpes de batuta. En ese mismo lapso los conductores de la orquesta han quemado trescientos cincueta y cinco kilos de grasa.

El guardarropa en El Fantasma de la Opera ocupa un lugar muy especial. De todos sus accesorios podemos mencionar 5 mil 445 zapatillas de punta, 4 mil 220 camisas formales de caballero, 1, 980 corbatas, 1, 585 pares de guantes, 12 mil 670 playeras, diecinueve mil pares de calcetines y 25 mil 740 metros de resorte.

En cuanto a elementos de guardarropa más técnicos, se llevan utilizados 1, 580 forros para burro de planchar, 1, 050 planchas, 453 mil 20 onzas líquidas de escarcha en spray, 4, 752 canastas de ropa sucia, 36 mil 600 reparaciones de calzado y casi 700 mil onzas líquidas de fluido para limpiar telas.

El personaje del Fantasma tiene sus propias marcas. 50 mil 330 esponjas de maquillaje, 1, 120 palillos de maquillaje, 504 kilos de removedor de maquillaje, 4, 315 sets de espuma de látex para crear la cara deforme del personaje y noventa minutos de preparación para cada show.

Los intérpretes del Fantasma usan una máscara hecha a la medida de su cara, recreada a partir de un molde. Se calcula que los diferentes fantasmas han consumido en conjunto alrededor de 13 mil litros de diversos líquidos.

El Fantasma de la Opera cuenta ya con 40 sitios en internet dedicados a diversos aspectos de la obra. El estreno mundial fue en el Teatro de Su Majestad de Londres el 9 de octubre de 1986. Desde entonces, más de 63 millones de personas la han disfrutado y han generado a su vez una taquilla mundial que se calcula en más de 2, 600 millones de dólares.

El Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Austria, Canada, Suecia, Singapur, Hong Kong, Alemania, Australia, Holanda y Suiza son los países donde se ha presentado. En total son 91 ciudades en donde se han hecho 48 mil 500 representaciones. Actualmente hay seis compañías que presentan la obra en Nueva York, Londres, Toronto, Hamburgo, un Tour Nacional por el Reino Unido y otro en Estados Unidos.

En este último país se han hecho cuatro producciones. El Primer Tour Nacional llevó la obra a Los Angeles y San Francisco por un tiempo combinado de diez años. El Segundo Tour Nacional duró ocho años y medio y el Tercer Tour Nacional lleva en cartelera más de seis años. La cuarta producción es la de Broadway que lleva once años vigente.

Más de 27 millones de personas han visto las cuatro producciones. De esa cifra, cerca de veinte millones lo han visto en alguna de las tres giras nacionales. La taquilla de las cuatro compañías de Estados Unidos suma más de mil trescientos millones de dólares, de los cuales novecientos noventa y cinco han sido recaudados en las giras.

El Fantasma de la Opera, es ganadora de siete premios Tonny en 1988, y recaudadora de más de un millón de dólares para la fundación de Broadway de lucha contra el SIDA.